Liko, ahora miembro de la Tacleada de Voltionautas, tiene el deber de vigilar, pero el Valiente Olivino necesita aterrizar en una isla para realizar reparaciones. Pronto, Liko se percata de que Fuecoco no está y se da cuenta de que se pudo haber caído del dirigible. Ella y Sprigatito van en su búsqueda, pero son perseguidos por Pokémon salvajes que están furiosos porque Fuecoco se comió su comida. Mientras tanto, Fuecoco conoce a Rod, un niño que vive en la isla y sueña con convertirse en Entrenador Pokémon. Finalmente, Rod y Fuecoco se encuentran con Liko, pero los Pokémon salvajes siguen enojados, por lo que Friede y el Capitán Pikachu acuden al rescate. La Tacleada de Voltionautas se despiden de Rod, pero él se queda pensativo.