En un enfrentamiento contra un furioso Krokorok, nuestros héroes de repente se dan cuenta de que lo han visto antes. Y, tras desafiar Krokorok a un combate a su gran rival Pikachu, una colisión de ataques envía a Pikachu y a Krokorok por los aires.
Pikachu aterriza en los brazos de un jovencito llamado Mick, que nunca ha visto un Pikachu, aunque su amigo, Sean, sí. Ellos dos también conocen a un chulito llamado Glenn que les pide un combate. Mick y Sean acceden nerviosos, pero Mick se va de pronto, diciendo que combatirá más tarde con un Pokémon tan fuerte como no han visto en su vida.
Cuando nuestros héroes encuentran a Pikachu, Mick, triste, les explica que nunca ha vencido a Sean ni a Glenn en nada, y pregunta si puede usar a Pikachu para desafiarlos. Ash accede y nuestros héroes ayudan a Mick con una sesión de entrenamiento. Mick y Pikachu combaten contra Ash y Tepig, mientras nuestros héroes dan a Mick algunos consejos, mejorando sus habilidades de combate considerablemente.
Al mismo tiempo, Sean y Glenn libran un combate usando los Pokémon del padre de Sean. Cuando Glenn quiere volver a combatir, esta vez contra Mick, sugiere, con modales chulescos, que Sean vaya a por dos Pokémon más de su padre, exigiendo un Combate Doble. Como Mick solo tiene a Pikachu, Krokorok se ofrece voluntario.
Comienza el combate y Glenn se niega a escuchar el consejo de Sean, así que Mick gana, y Glenn quiere vengarse. Cuando Ash detiene a Sean, Glenn pide perdón y los tres futuros Entrenadores vuelven a ser amigos.
Krokorok aún tiene cuentas que ajustar con Pikachu, pero es derrotado. Con tristeza, se prepara para marcharse, cuando Ash le pregunta si le gustaría ir con él. La respuesta es un entusiasta “sí” y nuestros héroes, de nuevo, ponen su mirada en Ciudad Loza, con Krokorok como el miembro más reciente de la familia.