Serena presume de su habilidad para hacer pasteles con una bandeja de Pokélitos, dulces hechos especialmente para Pokémon. Tras comérselos un Slurpuff , enseguida se enemista con su Entrenadora. Miette considera que sus Pokélitos son superiores y demuestra su atracción por Ash. Serena y Miette se apuntan a un Concurso de Pokélitos para desquitarse y las dos pasan a la ronda final, pero, cuando salen a buscar bayas para su siguiente remesa de Pokélitos, descubren que las tiendas y el bosque de alrededor se han quedado sin una sola baya.
Nuestros héroes no tardan en descubrir que el Team Rocket está saboteando el concurso y, con la ayuda de Miette, Slurpuff y algunos Swirlix salvajes, envían a los villanos a despegar de nuevo.
Serena y Miette encuentran las bayas que necesitan y, tras ganar el concurso otros niños, se despiden con un amistoso apretón de manos, la promesa de mejorar sus Pokélitos para cuando vuelvan a verse y la amenaza de Miette de revelar que le gusta Ash si Serena no se lo dice antes.