Tras despedirse de N y de sus compañeras, nuestros héroes divisan la Torre Duodraco. Las Ruinas Blancas están muy cerca, y Ash está impaciente por llegar. Pero primero deben solucionar un problema urgente: el Lanzallamas de Pignite se ha debilitado mucho, y, tras investigar, descubren que hay algo atascado en su nariz. Saltar con ímpetu no es efectivo para sacarlo y tampoco una vuelta aterradora por el cielo, cortesía de Charizard, es suficiente para resolver este molesto problema. Por fin, Iris lo intenta haciendo cosquillas a Pignite en la nariz con un poquito de hierba, y con el estornudo, el objeto culpable sale despedido: unas cáscaras de un ataque de Recurrente.
Mientras ellos están ocupados con esto, el Team Rocket y el Equipo Plasma se ocupan de traicionarse el uno al otro. Jessie y James se cuelan en el laboratorio del Equipo Plasma para robar el dispositivo controlador de Pokémon de Acromo y, cuando todos los soldados reclutas salen a perseguirlos, Meowth aborda al Dr. Acromo y le invita a unirse al Team Rocket. Acromo parece intrigado, pero primero quiere usar a Meowth en la fase final de sus experimentos. Meowth acepta, planeando usar su habilidad de poder de concentración, la cual ha entrenado especialmente para impedir que controlen su mente, pero la máquina resulta ser demasiado potente, y Meowth cae bajo la influencia del Equipo Plasma, volviéndose incluso contra Jessie y James, cuando regresan de su misión de hacer de señuelo. Consiguen abrirse camino a través del impresionante ciclón de Golpes Furia de Meowth, recuperan a su compañero y los tres escapan.
A Ghechis no le hace ninguna gracia que el Equipo Plasma todavía no haya capturado a N, pero ha descubierto algo que podría llevarlos hasta Reshiram y que se halla en las Ruinas Blancas. Jessie, James y Meowth se enteran de esto gracias a un dispositivo de escucha que colocaron en el laboratorio del Equipo Plasma, así que, al parecer, nuestros héroes, el Equipo Plasma y el Team Rocket se dirigen al mismo lugar.